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contexto cultural













Sostres y Coderch vivieron una epoca fuertemente marcada por el franquismo instaurado tras la Guerra Civil. La guerra radicalizó las posiciones ideológicas de intelectuales y artistas, que se pusieron al servicio de una de las causas y contribuyeron mediante una abundante propaganda, a movilizar los esfuerzos y a conmover las conciencias.
El ´nuevo Estado¨que emergió de la sublevación militar mostró, desde el principio, una concepción fascista de la cultura, basada en la exaltación de la patria, la tradición y la religión. En la defensa de estos principios se situaron una serie de intelectuales que dieron apoyo al alzamiento militar. Entre los más destacados figuraron Pio Baroja, Eugenio dÓrs, Pedro Lain Entalgo, José María Pemán, Enrique Jadriel Poncela, Julio Camba, Agustín de Foxá y Gonzalo Torrente Ballester.
La Mayoría de la brillante generación de la década de 1920 se situó al lado de la República, defendiendo los principios de la democracia y el antifascismo. Los intelectuales impulsaron una impresionante obra de extensión cultural: se organizaron bibliotecas en unidades del ejército y las Brigadas Volantes contra el Analfabetismo llegaron a impartir clases a más de 300.000 personas. También tuvieron especial importancia la Alianza de los Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, que agrupaba a los intelectuales del Frente Popular, y el Segundo Congreso Internacional de Escritores Antifascistas, inaugurado en el año 1937 en Valencia, con la asistencia de intelectuales como Pablo Neruda, Ernest Hemingway y André Marlaux.
El listado de intelectuales y artistas favorables a la República es interminable: escritores como Antonio Machado, León Felipe, Miguel Hernández, María Zambrano, y artistas como Picasso, Miró, Casals, Falla y buñuel.
Mención especial merece el cartelismo, un instrumento de propaganda de gran riqueza artística y de una eficacia incuestionable para ambos bandos. En el bando republicano, todos los partidos, organizaciones e instituciones editaron carteles. Entre sus autores destacan Renau, Bardasano y Bellester. Entre los cartelistas que trabajaron en el bando franquista cabe mencionar, sobre todo, a sáenz de Tejada.
La instauración de la dictadura franquista significó una radical ruptura con la tradición liberal y con la brillante eclosón cultural de la generación de la República. El nuevo régimen ejerció un dominio absoluto sobre la vida educativa e intelectual del país e impusola llamada cultura del nacionalismo, fundamentada en una ideología excluyente y profundamente impregnada de los valores y la moral católicos. La inmensa mayoría de los intelectuales, científicos y profesores se habían exiliado o habían sido depurados, y España se convirtió en un páramo cultural. Sólo en el exilio, especialmente en América, pudo seguir desarrolándose la cultura española como lo habia hecho durante el primer tercio de siglo.

En medio de la desolación y la penuria material y espiritual, continuaron su tarea los poetas de la Generación del 27 que optaron por no exiliarse y permanecer en España, como Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y Gerardo Diego. Tras su regreso a España prosiguieron su labor Ortega y Gasset, Azorín y Pio Baroja, desde posiciones alejadas de la cultura oficial franquista.
En los años cincuenta, pero sobre todo a partir de la década de 1960, el sombrio panorama de la cultura española empezó a cambiar. Por un lado, el rancio discurso ideológico del franquismo se vio desbordado por una sociedad más dinámica y abierta, que no se identificabacon los caducos patrones culturales de la dictadura. Por otro, una joven generación de universitarios, que no había vivido la guerra, propuso unos nuevos parámetros ideológicos y culturales que recuperaban la tradición de una cultura liberal iniciada por la Institución Libre de Enseñanzay las generaciones del 98 y el 14. A partir de ese momento, buena parte de la intelectualidad español se separó abiertamente del régimen para adoptar posturas de oposicion a los valores posíticos y culturales imperantes.
Entre la nueva generación de escritores destacaron Rafael Sámchez Ferlosio, Miguel Delibes, Ana María Matute, Carmen Martin Gaite, Luis Martin Santos y Camilo José Cela, cuya novela La Colmena causó gran impacto. Surgió una nueva poesía, de claro contenido político y social, tal y como reflejan las obras de Gabriel Celaya, Blas de Otero y Salvador Espriu. En el teatro destacó Antonio Buero Vallejo, y en el terreno de la filosofía, figuras como Julián Marías, Javier Zubiri, José Ferrater Mora y José Luis López Aranguren. También fue importante le renovación en el terreno de la historiografía impulsada por Jaume Vicens Vives.
Dos cineastas rompieron con los tópicos del cine español: Luis García Berlanga ( Bienvenido Mr Marshall) y Juan Antonio Bardem ( Calle Mayor). También se produjo una clara ruptura con el arte académico gracias a la aparición en el panorama artístico español de los grupos Dau al Set, El Paso y Equipo Crónica, de pintores como Antoni Tápies y Antonio Saura, y de escultores como Eduardo Chillida y Jorge Oteiza.

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